El club karate Fudoshin nació con la ilusión de algún día llegar a ser una escuela de karate en la que pudiéramos transmitir el arte marcial, no solo como la práctica de un deporte, sino también como una filosofía de vida.

Después de 15 años de trabajo, veo reflejada esa ilusión que empezó con 6 alumnos, dos de ellos son ahora Sempais activos de nuestro club, una realidad de más de 140 alumnos en la actualidad.

Elegí el nombre de Fudoshin, porque vi que era uno de los estados del alma en el espíritu del Budo que se puede interpretar de muchas formas pero con el mismo significado “mente imperturbable”, como por ejemplo: saber estar, ser resistente, que no te afecte lo que piensen, si crees en algo, sigue, que no puedan contigo y si pueden, te levantas. Y esto me representa como persona y quería que influyera en el crecimiento de nuestros alumnos.

El karate Kyoksuhin, en su práctica, ha mantenido los valores más importantes del arte marcial como son la honestidad, la disciplina, el respeto y la humildad y estos mismos son los valores que quiero que transmitamos a nuestros alumnos, para que lo apliquen en su vida cotidiana.

Desde que empezamos hemos tenido como lema “La humildad es la esencia de nuestro arte”, es muy importante que siempre esté presente en nuestros alumnos y les ayude a valorar que aunque haya trabajo y esfuerzo este no siempre se ve recompensado, por lo que hay que ser honestos y humildes siempre, tener los pies en el suelo, que ni las derrotas ni los éxitos sean medio para creerse mejor que los demás, sino verlo como un éxito personal y una superación hacia uno mismo y no aprovecharse de situaciones en las que uno sale favorecido, porque nunca sabes si en algún momento puedes ser tu el desfavorecido.

Como club siempre trabajamos en equipo, a pesar de que el karate es un deporte individual, siempre hemos fomentado mucho el trabajo en equipo. Los instructores del club intentamos transmitirles a los alumnos que sin compañero de entrenamiento no podríamos llegar a cumplir nuestros objetivos como karatecas individuales, por lo que el respeto hacia nuestros compañeros es imprescindible, más que compañeros somos una familia en la que siempre nos respaldamos cuando la necesitamos y la disfrutamos y compartimos cuando obtenemos nuestros objetivos y éxitos.

Como Sensei, después de más de media vida practicando karate y creciendo al lado de esta bonita filosofía de vida, he aprendido a ser fuerte y a ser consciente que el esfuerzo necesita mucho sacrificio, que para tener éxito primero hay que perder muchas veces y reconstruirnos de nuestras experiencias.

El karate Kyokushin es una práctica que recomiendo a todo el mundo sin importar la edad ni la condición física. Este camino te ayuda a conocerte, a sacar lo mejor de ti mismo y sobre todo a hacerte más fuerte, física, espiritual y mentalmente.

SENSEI Sara Prieto Herrerías